Este apodo, un tanto alarmante , se debe a que, cada año, aproximadamente 200 personas en todo el mundo pierden la vida tras consumir yuca mal preparada. Esto ocurre principalmente en contextos de crisis, hambruna o pobreza extrema, donde los métodos de preparación a veces son deficientes por necesidad.
La propia Organización Mundial de la Salud nos recuerda que «la yuca debe procesarse correctamente para evitar la exposición peligrosa al cianuro ». Así que no se trata de dejar de comer esta raíz, sino de saber cocinarla bien.
Una enfermedad poco conocida relacionada con la yuca: el konzo
En algunas zonas afectadas por la pobreza extrema, las personas pueden desarrollar una grave afección neurológica llamada konzo. Esta se manifiesta con debilidad muscular repentina, especialmente en las piernas, y puede causar daños irreversibles.
¿La causa? El consumo de yuca amarga sin procesar adecuadamente, combinado con una dieta muy baja en proteínas. Porque la proteína, de hecho, ayuda a nuestro cuerpo a defenderse de los efectos del cianuro.
Entonces, ¿deberíamos eliminar la yuca de nuestros menús?
Buenas noticias: ¡para nada, siempre y cuando lo prepares correctamente ! Aquí tienes unos sencillos pasos para disfrutar de este tubérculo de forma segura:
- Cocínela siempre : se debe evitar la yuca cruda, especialmente sus hojas y su piel.
- Remojarla : En algunas recetas se ralla la yuca y luego se deja remojar en agua durante 24 a 48 horas, lo que ayuda a eliminar toxinas.
- Pelarla con cuidado : es en la piel donde más se concentran las sustancias indeseables.
- Consúmelo como parte de una dieta equilibrada , especialmente rica en proteínas (huevos, pescado, legumbres, etc.).
Yuca: ¿amiga o enemiga?
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