Gorica Angelkovska, de Serbia, necesita ayuda para seguir cuidando a estos perros y a los 25 gatos que también cuida. “Sería más feliz sabiendo que ellos cuidarán de los animales cuando yo ya no esté aquí”, admitió. Hay personas que no dudan en dejarlo todo y arriesgarse sólo para ayudar a otros que están en peor situación.
Este suele ser el espíritu de estos activistas que se dedican a salvar la vida de animales desprotegidos que quedan en las peores condiciones de vida en las calles. A veces también pueden ser personas que deciden por su cuenta echar una mano a estos amigos peludos porque saben que no lo están pasando bien. Un ejemplo de ello es lo que está haciendo Gorica Angelkovska, una abuela serbia de 71 años que, pese a la falta de recursos, logró hacerse cargo de 162 perros y gatos que recogió de la calle.
Sin su ayuda, la mayoría de los 137 perros que crió desde cachorros probablemente no habrían sobrevivido. Sin embargo, cada vez le resulta más difícil continuar con esta tarea y se preocupa por la vida de sus amigos peludos, especialmente en invierno. “Estoy solo. Se vuelve difícil caminar por el refugio, limpiarlos y alimentarlos.
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