A la hora de elegir una sandía madura, empieza mirando la parte inferior en busca de una mancha de color amarillo cremoso, conocida como mancha de campo.

Aquí es donde el melón se posó en el suelo y maduró al sol. Una mancha de color amarillo dorado o naranja intenso suele indicar que la sandía tuvo tiempo suficiente para madurar por completo y desarrollar un sabor dulce. Si la mancha es tenue o no es visible, probablemente significa que la fruta se cosechó demasiado pronto y podría no ser muy dulce.

A continuación, observe detenidamente la corteza para ver si tiene líneas marrones, ásperas y similares a una telaraña.

Estas no son defectos; se conocen como “picaduras de abeja” y son causadas por la actividad de las abejas durante la polinización. Las abejas desempeñan un papel esencial para realzar el dulzor de la fruta, y la presencia de estas marcas sugiere que la sandía fue bien polinizada. Cuanto más mosquitera tenga, más dulce será probablemente el melón; es la forma natural de indicar una buena calidad.