La COVID persistente se manifiesta de muchas maneras, pero el síntoma más común es la fatiga crónica. Una fatiga extrema que va mucho más allá de un simple decaimiento. El Dr. Cohen la describe como un agotamiento profundo… incluso después de una buena noche de sueño .
Si a eso añadimos mareos, confusión mental persistente, problemas de memoria o de lenguaje… cada tarea se convierte en un reto.
Según un estudio de la Universidad de Yale, aproximadamente la mitad de las personas con Covid prolongado también cumplen los criterios del síndrome de fatiga crónica, un trastorno poco comprendido y a menudo subestimado.
Repercusiones en la vida social y profesional
La COVID prolongada no solo afecta la salud. También afecta la carrera profesional, las relaciones sociales y el equilibrio emocional. El Dr. Cohen, al igual que una de cada diez personas en Estados Unidos afectadas por esta afección, ha tenido que reducir drásticamente su actividad profesional.
Muchos pacientes se encuentran haciendo malabarismos con la pérdida de ingresos, las facturas médicas y el aislamiento. Algunos deben elegir entre pagar el alquiler o ir al médico.
Mientras tanto, la investigación se estanca, obstaculizada por una creciente falta de interés público y una financiación decreciente.
Efectos muy reales en el corazón, los pulmones… y el cerebro
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