Conoces la sensación: hormigueo, tensión en las caderas, pies calientes… Levantar las piernas se convierte en una auténtica liberación.
Esta postura relaja profundamente los músculos: pantorrillas, muslos, pelvis y hasta la espalda baja. Después de 15 minutos se siente una sensación de ligereza.
Es un pequeño ritual que muchas personas adoptan por la noche: un momento de relajación después de la tormenta de la vida cotidiana.
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Digestión más fácil y un estómago más tranquilo.
¡Sí, levantar las piernas también puede ayudar a tu sistema digestivo!
Al entrar en un estado de relajación, el cuerpo mejora su motilidad intestinal. Resultado: digestión más suave, mejor eliminación, menos hinchazón.
Consejo suave: esperar aproximadamente una hora después de las comidas antes de comenzar a comer, para no alterar la digestión.
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Una respiración más tranquila, una mente más clara.
Acostado, con las piernas levantadas, respirando profundamente… tu sistema nervioso entra lentamente en modo “descanso”. El corazón se ralentiza, la mente se calma, como después de la meditación.
Este momento de calma activa una parte del cerebro vinculada a la concentración y la relajación. Es como darle a tu mente un descanso bienvenido.
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Un descanso sólo para ti
Levantar las piernas es más que un simple gesto físico. Es un momento de pausa, de reenfoque. En este mundo donde todo va a mil por hora, tomarse 15 minutos para uno mismo, respirar, bajar el ritmo… es un acto de bondad hacia uno mismo.
Algunas personas incluso notan un mejor sueño o menos estrés a medida que pasan los días.
¿Cómo hacerlo bien? Instrucciones rápidas
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