- Encuentra un rincón tranquilo, cerca de una pared.
- Acuéstese boca arriba con los glúteos cerca de la pared.
- Extiende las piernas verticalmente contra la pared.
- Si es necesario, coloque una toalla enrollada o una almohada fina debajo de la espalda baja.
- Cierra los ojos, respira y permanece así durante 15 a 20 minutos.
- Ropa recomendada: ropa cómoda, sin elásticos apretados en cintura ni tobillos.
- Frecuencia ideal: ¡todos los días! De lo contrario, 3 a 4 veces por semana es suficiente para sentir los efectos.
- Horarios recomendados: después del trabajo, después de hacer ejercicio, antes de ir a dormir o incluso al despertarse.
Precaución: Evitar esta práctica en casos de dolor lumbar importante, embarazo sin supervisión médica, presión ocular elevada o hipotensión pronunciada.
Redescubre la calma, la ligereza y un poco de felicidad sencilla. Prueba este ritual esta noche, podría convertirse en un hábito de bienestar.
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