Cúrcuma: el oro de la medicina natural
Ampliamente utilizada en la cocina india, la cúrcuma es rica en curcumina, una molécula con reconocidos efectos antiinflamatorios y anticoagulantes. Una pizca en tus platos o infusionada en agua tibia por la mañana puede ser suficiente para marcar la diferencia. Tenga en cuenta que si ya está tomando tratamiento anticoagulante, consulte con su médico.
Comido crudo o cocido, el ajo es un auténtico aliado cardiovascular. Ayuda a reducir la presión arterial y previene la formación de coágulos sanguíneos. Encuentra fácilmente su lugar en la cocina francesa: vinagretas, salteados, gratinados… Una costumbre sencilla y beneficiosa.
Pimienta de Cayena: La Especia Tónica de la Sangre
Esta pimienta es rica en salicilatos, los mismos compuestos activos que se encuentran en la aspirina. Úsalo para condimentar tus sopas, huevos o verduras. Aporta carácter… ¡y protección natural!
Jengibre: la raíz con muchas virtudes
Conocido por aliviar las náuseas, el jengibre también combate el exceso de coagulación. Rallado en un plato o infusionado en una infusión de hierbas, se adapta fácilmente a tu vida diaria. Sus ingredientes activos naturales retardan la agregación plaquetaria, un mecanismo clave en la formación de coágulos.
Canela china: un dulce que debe consumirse con moderación
Esta especia contiene cumarina, un anticoagulante natural. Pero cuidado: en dosis altas puede causar tensión al hígado. Úsalo en pequeñas cantidades en tus compotas, cafés o postres caseros.
Ginkgo biloba: para la memoria y la circulación
Se sabe que este suplemento a base de hierbas mejora la circulación y puede limitar la acción de la trombina, una enzima involucrada en la coagulación. Debe considerarse como tratamiento, previo consejo médico, especialmente en personas mayores.
Bromelina: la enzima beneficiosa de la piña
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