Los particulares y profesionales que no respeten estas restricciones se exponen a fuertes multas: hasta 1.500 euros por llenar una piscina o regar un jardín, y 3.000 euros en caso de reincidencia. ¿La solución encontrada por algunos para compensar la falta de agua? La instalación de captadores de agua de lluvia. Sin embargo, nuevamente existen algunas prohibiciones en este ámbito.
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