Ante cualquier sospecha de infarto:
- Llama de inmediato a emergencias (911 u otro número local).
- Si estás solo, avisa a alguien cercano.
- Si el médico lo ha indicado, toma una aspirina mientras esperas la ambulancia (ayuda a disolver coágulos).
- Evita conducir tú mismo.
- Reposa sentado y no hagas esfuerzo físico.
La rapidez con que se actúe puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Factores de riesgo a tener en cuenta
Conocer tus riesgos es clave para prevenir:
- Hipertensión arterial.
- Colesterol alto.
- Diabetes.
- Tabaquismo.
- Sedentarismo.
- Obesidad.
- Antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.
- Estrés crónico.
Controlarlos reduce significativamente la posibilidad de sufrir un infarto.
Diagnóstico y tratamiento tras un infarto
Cuando llegas al hospital, los médicos pueden realizar:
- Electrocardiograma (ECG).
- Análisis de sangre (enzimas cardíacas).
- Ecocardiograma.
- Angiografía coronaria.
El tratamiento dependerá del tipo de infarto y puede incluir:
- Medicamentos (anticoagulantes, betabloqueadores, vasodilatadores).
- Angioplastia (colocación de un stent).
- Cirugía (bypass coronario).
- Cambios drásticos en el estilo de vida.
Un infarto no siempre llega con dolor repentino en el pecho; a veces sus síntomas son tan sutiles que pasan desapercibidos. Síntomas de un Infarto: Cómo Detectarlos y Actuar a Tiempo es una guía básica para reconocer esas señales y tomar decisiones que pueden salvar vidas. Escucha a tu cuerpo, conoce tus riesgos y no ignores los avisos. Actuar rápido puede hacer toda la diferencia.
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