Divide la masa reposada en cuatro partes iguales.
Enrolla cada parte en una bola y luego extiende cada bola en forma de óvalo fino.
Pinta cada óvalo con mantequilla derretida.
Corta cada óvalo en 4 tiras, dejando un borde unido (como las venas de una hoja).
Espolvorea queso rallado a lo largo del centro de cada tira.
Comenzando desde el borde sin cortar, enrolla las tiras firmemente para formar un rollo.
Repite con las bolas de masa restantes.
Enfriamiento y enrollado final:
Coloca los rollos enrollados en el refrigerador durante otros 15 minutos para que se endurezcan.
Después de enfriar, extiende cada rollo en un círculo plano de aproximadamente 24 centímetros (9,5 pulgadas) de diámetro.
Cocina el pan plano:
Calienta una sartén seca (26 centímetros o 10 pulgadas de diámetro) a fuego medio. Cocine cada pan plano durante unos 3-4 minutos de cada lado, dándoles la vuelta de vez en cuando, hasta que se doren y se inflen.
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