Este té es ideal para épocas frías o cuando sientes las defensas bajas.
Ingredientes:
- 1 trozo de jengibre fresco (3-4 cm)
- ½ cebolla morada o blanca
- 2 tazas de agua
- 1 rama de canela (opcional)
- 1 cucharadita de miel o limón (opcional)
Preparación:
- Hervir las 2 tazas de agua.
- Agrega el jengibre en rodajas y la cebolla cortada en trozos.
- Añade la rama de canela si lo deseas.
- Cocina a fuego medio por 10 minutos.
- Retira del fuego, deja reposar 5 minutos y cuela.
- Endulza con miel o unas gotas de limón si deseas.
Modo de consumo:
- Dosis : 1 taza caliente por la mañana y otra antes de dormir.
- Duración : Puedes tomar este té durante 5 a 10 días seguidos, especialmente durante cambios de clima o tras una gripe.
Precauciones y contraindicaciones
Aunque naturales, estos ingredientes también deben usarse con responsabilidad:
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- Personas con gastritis o úlceras : El jengibre puede irritar el estómago, por lo que se recomienda usar en dosis bajas o con alimentos.
- Embarazo y lactancia : Consulte a su médico antes de consumir jengibre de forma habitual.
- Medicamentos anticoagulantes : El jengibre puede aumentar el riesgo de sangrado.
- Hipotensión : Si ya tienes la presión muy baja, el jengibre podría reducirla aún más.
- Alérgicos a los compuestos sulfurosos : La cebolla puede provocar molestias respiratorias o dérmicas en personas sensibles.
Consejos para Potenciar sus Efectos
- Sigue una dieta equilibrada rica en vegetales, frutas y fibra.
- Realice actividad física moderada como caminatas diarias.
- Evite el exceso de sal y azúcares para no contrarrestar los efectos positivos.
- Hidrátate bien : el agua favorece la digestión y la eliminación de toxinas.
Conclusión
La mezcla de jengibre y cebolla es mucho más que un ingrediente culinario. Se trata de un dúo medicinal que puede ayudarte a mejorar tu salud visual, cardiovascular e inmunológica , todo de forma natural. Ya sea en jugo o té , este remedio puede adaptarse a tu rutina diaria y convertirse en un excelente complemento para tu bienestar.
Eso sí, recuerde que ningún remedio sustituye al diagnóstico médico. Si tiene enfermedades crónicas o está tomando medicamentos, consulte primero con un especialista.
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