El estrés crónico actúa como un agotador silencioso : agota las reservas de nutrientes y altera su asimilación . Resultado ? Las uñas crecen más lentamente, se vuelven estriadas y más frágiles. Este fenómeno se acentúa si tendemos a mordernos las uñas o descuidamos nuestro estilo de vida .
Tómate el tiempo para respirar, para respirar, para moverte… tus uñas te lo agradecerán.
Digestión caprichosa: absorción alterada
Incluso con una dieta equilibrada, si el sistema digestivo está alterado, la absorción de vitaminas puede verse comprometida. Hinchazón, movimientos intestinales irregulares, malestar digestivo… son muchos signos reveladores. ¿Qué pasaría si las crestas en las uñas fueran una consecuencia secundaria de este desequilibrio interno ?
Concéntrese en la fibra, los alimentos sencillos y escuche las señales de su cuerpo.
Un mal hábito: morderse las uñas
Puede parecer trivial, pero morderse las uñas daña la matriz , lo que puede provocar crestas persistentes o incluso infecciones. Esta acción, a menudo ligada al estrés o al aburrimiento , debilita la estructura misma de la uña.
Los esmaltes de uñas de sabor amargo o los ejercicios de manejo del estrés pueden ayudar a romper este hábito de forma permanente.
Una amable atención que prestarse a uno mismo
Las crestas verticales en las uñas suelen ser benignas, pero nunca están ahí sin una razón . Ya sea estrés, deficiencia o desequilibrio digestivo , son una invitación a escuchar más a tu cuerpo . Entonces, la próxima vez que los notes, hazte esta simple pregunta: ¿Qué necesito realmente hoy?