¡El arroz, por ejemplo, es igual de efectivo! Si alguna vez has mojado un dispositivo electrónico, sabes que dejarlo sumergido en arroz puede solucionar el problema y hacer que se reacondicione. Del mismo modo, una pequeña bolsa insertada en cajones y armarios, atrae las partículas de agua al aire y las retiene, evitando la formación de humedad.
Incluso un cuenco lleno, dejado en la mesita de noche o cerca de la cama, combatirá la condensación y te hará dormir profundamente, especialmente si también añades unas gotas de lavanda.
O también, el bicarbonato de sodio, protagonista de muchos remedios naturales, es perfecto para deshumidificar habitaciones pequeñas. Llena una taza y déjala en el baño, ¡evitarás la condensación en cristales y espejos!
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