En otro bol, bate los dos huevos con un tenedor o varillas manuales hasta que queden homogéneos.
Agrega la esencia de vainilla y mezcla bien.
No es necesario batir los huevos en exceso, solo lo suficiente para que la yema y la clara se integren completamente.
Paso 4: Incorporar la maicena disuelta en la leche caliente
Ahora llega el momento de espesar la mezcla del flan.
Baja el fuego al mínimo y añade la maicena disuelta en la leche caliente, removiendo constantemente con unas varillas manuales o una cuchara de madera.
Sigue removiendo sin parar para evitar que la mezcla se pegue al fondo de la cacerola.
Notarás que la mezcla comienza a espesar en unos minutos. Cuando tenga una textura similar a la de unas natillas, estará lista.
Si en este punto aparecen grumos, puedes pasar la mezcla por un colador fino para obtener una textura más lisa.
Paso 5: Incorporar los huevos a la mezcla caliente
Para evitar que los huevos se cuajen y formen grumos, es importante templarlos antes de incorporarlos a la mezcla caliente.
Vierte lentamente un poco de la leche caliente sobre los huevos batidos, mientras remueves constantemente.
Una vez bien integrados, añade esta mezcla poco a poco a la cacerola con el resto de la leche, removiendo sin parar.
Cocina la mezcla a fuego bajo durante un par de minutos más, sin dejar de remover, hasta que espese ligeramente.
Paso 6: Verter en los moldes y dejar enfriar
Si decides usar caramelo líquido, este es el momento de agregarlo.
Vierte una capa de caramelo líquido en la base de los moldes individuales o en un molde grande.
Distribuye la mezcla del flan en los moldes, asegurándote de que quede uniforme.
Deja que el flan se enfríe a temperatura ambiente antes de llevarlo a la nevera.
Paso 7: Refrigerar mínimo 4 horas antes de servir
Este paso es esencial para que el flan de maicena tome su consistencia definitiva.
Cubre los moldes con papel film o una tapa y refrigera por al menos 4 horas.
Si puedes dejarlo toda la noche en la nevera, mejorará aún más su textura.
Cuando esté bien frío, desmolda con cuidado pasando un cuchillo por los bordes del flan y voltea sobre un plato.
Con esto, tu flan de maicena está listo para disfrutar. En la siguiente parte, te daré los mejores consejos para perfeccionar la receta, cómo conservarlo y responderé algunas de las preguntas más frecuentes.
Consejos para un Flan de Maicena Perfecto
Hacer flan de maicena es sencillo, pero hay pequeños detalles que pueden marcar la diferencia entre un postre bueno y uno espectacular. Si quieres conseguir la mejor textura y un sabor equilibrado, sigue estos consejos.
Evita los grumos en la mezcla
Uno de los errores más comunes al hacer flan de maicena es la formación de grumos. Para evitarlo:
Disuelve bien la maicena en leche fría antes de calentar la mezcla. Nunca la agregues directamente a la leche caliente.
Remueve constantemente con unas varillas manuales. Así evitas que la mezcla se asiente en el fondo y se formen grumos.
Si aparecen grumos, pásala por un colador fino antes de verterla en los moldes.
ADVERTISEMENT