Los fertilizantes naturales son una excelente opción para nutrir tus plantas sin recurrir a químicos sintéticos, promoviendo un cultivo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Aquí tienes algunas opciones efectivas y fáciles de preparar:
1. Compost
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Qué es: Materia orgánica descompuesta (restos de comida, hojas, cáscaras, etc.).
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Beneficios: Mejora la estructura del suelo, retiene humedad y aporta nutrientes equilibrados.
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Cómo usarlo: Aplica una capa de 2–5 cm sobre la tierra o mézclalo con el sustrato al plantar.
2. Humus de lombriz
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Qué es: Excremento de lombrices, rico en microorganismos beneficiosos.
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Beneficios: Alto contenido en nitrógeno, fósforo y potasio, ideal para plantas exigentes.
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Cómo usarlo: Mezcla 1 parte de humus con 3 partes de tierra o úsalo como té (humus diluido en agua).
3. Estiércol animal (vacuno, caballo, gallina)
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Precaución: Debe estar bien compostado (curado) para evitar quemar las raíces.
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Beneficios: Rico en nitrógeno, ideal para huertos.
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Cómo usarlo: Esparce una capa fina alrededor de las plantas y entiérralo ligeramente.
4. Cenizas de madera
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Beneficios: Aporta potasio y calcio, ideal para frutales y hortalizas.
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Precaución: Usa solo cenizas de maderas no tratadas y en pequeñas cantidades (puede alcalinizar el suelo).
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Cómo usarlo: Espolvorea un poco alrededor de la base de la planta y riega.
5. Té de plátano
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Qué es: Infusión de cáscaras de plátano, ricas en potasio.
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Beneficios: Favorece la floración y fructificación.
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Cómo usarlo: Hierve cáscaras en agua, deja enfriar y riega las plantas 1 vez al mes.
6. Posos de café
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Beneficios: Aportan nitrógeno y acidifican el suelo (ideal para plantas como hortensias o arándanos).
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Cómo usarlo: Esparce los posos secos sobre la tierra o mézclalos con el compost.
7. Agua de cocción de verduras
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Beneficios: Nutrientes lixiviados de las verduras (sin sal).
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Cómo usarlo: Enfría el agua y úsala para regar.
8. Bacterias beneficiosas (Microorganismos eficientes – EM)
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