Además, realizar podas ligeras pero regulares después de cada floración ayuda a mantener la planta compacta, favorece la ventilación interna y estimula nuevos brotes, lo que incrementa la producción de flores en la siguiente temporada.
💡 El truco infalible: estrés controlado
Uno de los secretos poco conocidos para inducir la floración del romero es aplicar un leve estrés hídrico controlado. Reducir ligeramente el riego al inicio de la primavera (sin dejar que la planta se marchite) puede provocar una respuesta natural de floración, ya que el romero, como muchas plantas de clima árido, tiende a florecer para asegurar su reproducción en condiciones adversas.
🌸 Conclusión
Lograr que el romero florezca no requiere magia, sino atención a los detalles. Con sol abundante, un sustrato adecuado, podas estratégicas y un poco de conocimiento sobre su comportamiento natural, tu planta no solo crecerá sana y frondosa, sino que te regalará una floración hermosa y aromática año tras año.
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