En un tazón grande, bate los huevos hasta obtener una mezcla suave y homogénea. Añade el azúcar y sigue batiendo hasta que se disuelva por completo.
Agrega la esencia de vainilla y mezcla nuevamente. La vainilla le dará un aroma y sabor deliciosos al pastel.
Tamiza la harina leudante, la levadura de harina y el polvo de hornear en otro recipiente. Esto ayudará a evitar grumos y asegurará una masa más ligera y aireada.
Añade gradualmente la mezcla de harina tamizada a los ingredientes líquidos, alternando con la leche. Comienza y termina con la harina, esto significa que debes añadir un tercio de la harina, luego la mitad de la leche, otro tercio de la harina, el resto de la leche y finalmente el último tercio de la harina. Mezcla suavemente después de cada adición, pero evita sobrebatir la masa.
Una vez que todos los ingredientes estén incorporados y la masa esté suave, viértela en el molde preparado. Asegúrate de distribuir uniformemente la masa en el molde para obtener una cocción pareja.
Lleva el molde al horno precalentado y hornea durante aproximadamente 30-40 minutos, o hasta que el pastel esté dorado y al insertar un palillo en el centro, este salga limpio. Recuerda no abrir el horno durante los primeros 20 minutos para evitar que el pastel se hunda.
Una vez que el pastel esté listo, retíralo del horno y déjalo enfriar en el molde durante unos 10 minutos. Luego, con cuidado, desmolda el pastel y déjalo enfriar completamente sobre una rejilla.
Con esta sencilla receta de pastel casero, puedes crear un postre magnífico que deleitará a toda la familia.
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