Las orquídeas son plantas de interior a las que les gustan las habitaciones luminosas y luminosas. Guárdelos en habitaciones con luz, pero prefiera la luz filtrada, ya que la exposición directa a la luz solar podría quemar sus hojas.
Además, a las orquídeas no les gustan los climas fríos, así que mantenlas a una temperatura entre 18°C y 25°C, de lo contrario no florecerán. También manténgalos alejados de corrientes de aire y equipos de calefacción como radiadores.
riego
Se recomienda regar regularmente las orquídeas, especialmente mientras están creciendo. Un riego semanal es suficiente. Asegúrate de regarlas, pero no en exceso para no asfixiarlas y favorecer la aparición de hongos . Para facilitar el riego, sumerja la maceta en un recipiente con agua durante 5 a 10 minutos. Luego escurra la olla en el fregadero y elimine el agua estancada en la maceta. También recuerda humedecer el follaje de tu planta con un atomizador.
Vuelva a regar su planta solo cuando las raíces y el suelo estén secos y prefiera el agua a temperatura ambiente. El agua fría o caliente podría dañar las raíces. Además, a la orquídea no le gusta el agua dura del grifo, así que riégala con agua de lluvia o agua filtrada.
Además, vigile su planta para detectar signos de deshidratación. De hecho, para algunos tipos como Phalaenopsis, las raíces adquieren un color gris cuando se deshidratan.

Y para que tu orquídea dure mucho tiempo, es importante estar atento a las enfermedades e insectos que pueden afectarla.
Enfermedades e insectos parásitos
Algunos insectos pueden parasitar el crecimiento de tu planta y alimentarse de su savia. Estos incluyen ácaros, moscas blancas, pulgones e incluso cochinillas que pueden debilitar su orquídea. Para luchar contra estos insectos que asolan tu planta, puedes utilizar jabón negro o jugo de cebolla que actúan como insecticida natural.
Además, cuando las condiciones de cultivo en interiores no son adecuadas para su planta, es decir, la exposición, la temperatura y las condiciones de riego, la orquídea puede verse afectada por ciertas enfermedades. Los ejemplos incluyen la botrytis, que provoca la formación de podredumbre gris en las flores, o incluso la antracnosis, que provoca la aparición de manchas negras. No dude en este caso en eliminar las partes dañadas de su planta.
Así, aunque no tengas la suerte de tener un pulgar verde, gracias a esta pequeña guía podrás cuidar de tu orquídea y disfrutar de sus hermosas flores.
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