Uno de los principales culpables del envejecimiento prematuro es bien conocido: el sol. Sus rayos UV alteran la estructura de la piel, provocan arrugas y favorecen la aparición de manchas pigmentarias. Tanto en la ciudad como en la playa, utiliza protector solar con un factor de protección (FPS) de al menos 30 , incluso en invierno.
Y para una piel uniforme, evitar la exposición prolongada entre las 12 p.m. y las 4 p.m. y use un sombrero de ala ancha cuando salga al exterior.
Pon algo de juventud en tu plato
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