En cuanto a la salud física, la postura fortalece los ligamentos de la rodilla al mantenerlos en una posición cómoda y segura, evitando la rigidez y el desgaste. Esto es especialmente beneficioso para personas que sufren molestias en esta articulación o pasan mucho tiempo sentadas o de pie.
Finalmente, esta postura también calma la digestión. Al liberar tensiones en la zona lumbar y el abdomen, se favorece el correcto funcionamiento del sistema digestivo, reduciendo malestares como la pesadez o el estrés digestivo.
En resumen, adoptar esta sencilla postura con rodillas en el piso, espalda apoyada y manos estiradas es un hábito poderoso para calmar la mente, aliviar el estrés, mejorar el sueño y cuidar tanto la columna como las rodillas y la digestión. Integrarla en tu rutina diaria puede transformar tu bienestar integral.
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