Mi estufa de gas es un asistente indispensable para cocinar. A pesar del cuidado con el que se manipula, es inevitable que aparezca contaminación: la leche se hierva demasiado, la sopa se derrame o las gotas de grasa de la sartén dejen su marca.

La superficie de la placa de cocción suele ser fácil de limpiar, pero la rejilla requiere una atención especial.
Tengo que admitir que no se ha cuidado adecuadamente durante mucho tiempo y ahora está cubierto por una capa de grasa y suciedad acumulada.

Hoy voy a dedicar un tiempo al mantenimiento de la parrilla y compartiré con vosotros los métodos que me ayudan a realizarlo.
Sigue leyendo para aprender cómo restaurar tu parrilla a su brillo original sin mucho esfuerzo
Mi parrilla está hecha de metal esmaltado: es liviana y duradera, resistente a abrasivos y cepillos ásperos. Incluso después de una década de uso, conserva su aspecto original, el esmalte no se ha desvanecido.

Utilizaré un método que no implica productos químicos agresivos, por lo que es adecuado incluso para rejillas de hierro fundido, que son notoriamente difíciles de mantener.
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