Es común notar ocasionalmente venas en las manos, brazos, piernas o incluso el pecho, venas que no recuerdas haber visto antes. Para muchos, estas venas son inofensivas y simplemente son resultado del envejecimiento, factores genéticos o cambios temporales en la condición física. Sin embargo, en algunos casos, la aparición de venas recientemente visibles puede indicar un problema de salud subyacente que no debe pasarse por alto.
¿Qué hace que las venas se vuelvan visibles de repente?
Hay varias razones por las que las venas pueden parecer más prominentes:
Ejercicio y entrenamiento de fuerza: El aumento del flujo sanguíneo durante el ejercicio puede hacer que las venas se hinchen y se vuelvan más visibles. Con el tiempo, con el entrenamiento regular, los músculos se desarrollan y empujan las venas hacia la superficie.
Clima cálido: Las temperaturas altas hacen que las venas se dilaten (ensanchen) a medida que el cuerpo intenta enfriarse. Este cambio temporal puede hacerlos más visibles, especialmente en los brazos y las piernas.
Envejecimiento: Con la edad, nuestra piel pierde su elasticidad y se vuelve más fina. Esto permite que las estructuras subyacentes, como las venas, se vean más fácilmente.
Hormonales: Los cambios en el embarazo, la menopausia o la terapia hormonal pueden afectar los vasos sanguíneos y la circulación, provocando a veces que aparezcan venas donde antes no eran visibles.
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